Estuve trabajando una semana en La Mula, mi función entre otras era realizar entrevistas para dicho portal. Cuando entrevisté a dos Congresistas de la llamada "Mega-comisión" -Carlos Tubino y Yonhy Lescano- uno de los editores de La Mula, Alberto Ñiquen, me manifestó que me salí de "la línea editorial". Luego me expresaron de forma oral que mis entrevistas fueron pro APRA y pro Alan García. Será porque le pregunté al Congresista Yonhy Lescano –luego de que afirmó que hubo fragantes hechos de corrupción en el gobierno aprista- si acaso no estaba adelantando opinión antes de la presentación del dictamen de la Mega-comisión. En mi pregunta y mi criterio yo me ratifico.
Otro factor que molestó a la gente de La Mula fue mi entrevista al Alcalde Distrital de Lince, Martín Príncipe, de las filas del PPC. Tras la publicación de la nota, Jorge Bossio, el otro editor, me indicó que la retire ya que, según él, era un “cherry” para el Alcalde, es decir, una nota con la finalidad de apoyarlo. Me pregunto, ¿está mal entrevistar a una autoridad en ejercicio para que analice su gestión? ¿sólo debe entrevistarse a los políticos que protagonizan escándalos?, ¿o lo que está mal es darle cabida en La Mula a una autoridad que proviene de las filas de un partido de derecha?.
Lamentablemente La Mula demostró que está contra la institucionalidad de los partidos políticos ya que me objetó ser "muy respetuoso" con los dos partidos más importantes del Perú como lo son el APRA y el PPC. Cuando cumplí una semana en dicho portal, se me informó que por orden del director General, Rolando Toledo, mis funciones habían terminado. Nunca me imaginé que un medio que se autodenomina plural y que manifiesta una línea crítica del autoritarismo fujimorista pudiese censurarme tal cual los peores tiempos de la dupla Fujimori-Montesinos.
Sin lugar a dudas he sido víctima de la intolerancia de la izquierda intelectual, la misma que se rasga las vestiduras con el cuento del pluralismo, la democracia y las libertades individuales, valores que sólo practica dentro de su propio entorno. La Mula ha terminado haciéndome a mí lo que tanto le criticó al grupo “El Comercio” cuando despidió a Patricia Montero para torcer la línea editorial de Canal N y favorecer la candidatura de Keiko Fujimori. En aquella oportunidad La Mula publicó lo siguiente:
“Cortan cabezas en Canal N para imponer línea fujimorista. Ni en las peores épocas del fujimorismo Canal N ha vivido una agresión tan grande. Esta es la cronología de los hechos que, ayer miércoles, llevaron a descabezar al canal en un intento más del grupo El Comercio por maniatar la pluralidad de su línea periodística”.
Siempre supe que la vaca suele olvidar que fue ternera, pero no sabía que La Mula también. Tras esto ¿quién nos queda para defender la libertad de opinión en el Perú?
Por: Juan Cruz Castiñeiras
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