lunes, 28 de septiembre de 2009

Seineldín por Enrique Graci Susini.



Usted como civil apoyó los levantamientos carapintadas. ¿Qué nos puede decir del Coronel Seineldín recientemente fallecido?


Gran parte, una enorme parte del espectro político argentino de distintos sectores se relacionaron o establecieron contacto en su momento con el Coronel Seineldín, como uno de los hombres que podía recuperar a las Fuerzas Armadas de un proceso de destrucción que las ha llevado a la situación en la que están actualmente.

Es un hombre que conocíamos desde joven, desde su paso por el Colegio Militar como Oficial y que sabíamos personalmente, inclusive, que fue uno de los pocos Oficiales que se opusieron al golpe del 76 y eso significó que se le retirase todo mando de tropa hasta el 78 porque él manifestó a sus superiores que lo que se cometía era un error gravísimo y que no debía darse ese golpe.

Siempre fue antigolpista el Coronel Seineldín.


¿En que oportunidad tuvo la suerte de conocerlo al Coronel?


Como acabo de decirlo lo conocí siendo Oficial en el Colegio Militar allá por el año 65, 66, una relación muy fugaz pero la relación más intensa es a partir del año 80,81 y después de Malvinas sin duda.


¿Cómo analiza las sublevaciones carapintadas más conocidas como la “Operación Dignidad”?


Es la consecuencia de una de las infinitas traiciones del Presidente Menem en este caso respecto a las Fuerzas Armadas (FFAA), digamos, así como traicionó el espíritu del peronismo y el espíritu de los argentinos con la colaboración y complicidad de muchos argentinos que se plegaron a su causa, también traicionó al Ejército basta recordar que al día siguiente de haber sido elegido Presidente de la Nación, el Presidente Menem viajó a Catamarca a despedirse de Don Vicente Saadi, el Presidente del partido y un hombre que había colaborado enormemente para que él llegara a donde estaba, al día siguiente vino a Buenos Aires, lo hizo sacar al Coronel Seineldín que estaba detenido en Palermo y tuvieron una charla muy intensa, muy prolongada en donde entre otras cosas le ofreció la Comandancia en Jefe del Ejército y Seineldín dijo “que no podía aceptar porque él se había sublevado y, en consecuencia, él era un mal ejemplo, él tenía que pasar a retiro”, Seineldín defendía una política para las Fuerzas Armadas (FFAA) tomada una política para el Ejército, una política para el Estado Nacional y no defendía nunca, jamás, en ninguna circunstancia las situaciones personales de él.


¿Piensa que hay que hacer un revisionismo histórico sobre lo que ocurrió en la década del 70, ya que el Coronel Seineldín también participó en el “Operativo Independencia”, en la lucha contra la subversión en el monte tucumano mandado por el Gobierno Constitucional?


Realmente no recuerdo que haya participado en el “Operativo Independencia”, no recuerdo, pero por supuesto que todo lo ocurrido en la década del 70 tiene lectura de acuerdo a la posición ideológica en la que uno se sitúa, mucha gente no tiene ninguna posición, simplemente, sigue la posición que es dominante en algún momento a través de los medios de comunicación o de las tendencias políticas. Este gobierno reflota todos los episodios que estaban superados, muchos de los que no les importa nada o fueron la antítesis de una posición crítica respecto a la lucha contra la subversión hoy parecen basiliscos enfurecidos contra todo militar o todo persona que use uniforme aunque sea cartero.


¿Fue injusta la condena al Coronel Seineldín?


El Coronel Seineldín es un hombre que ha ennoblecido a la patria, ha ennoblecido todo lo que ha tocado, ha ennoblecido hasta a sus adversarios. La condena a él no lo cambió, no lo cambió absolutamente en nada, sin embargo, esa condena pronunciada a instancias del Poder Ejecutivo que conducía Carlos Saúl Menem es una burla respecto de lo que puede ser el amor a la Patria y el servicio que se le brinda a la Patria.


¿Cómo debemos recordarlo al Coronel Seineldín?


Un hombre con virtudes en grado heroico jamás en la vida, en ninguna circunstancia, lo escuché quejarse de sus 13 años preso ni siquiera de la enfermedad gravísima que le costó la vida a su hijo, jamás lo he escuchado quejarse de nada, aceptaba la circunstancia y era siempre y frente a todos un ejemplo de humildad, de patriotismo, de vocación de servicio, de sencillez, no era un ideólogo era un hombre sencillo pero distinguía perfectamente el interés de la Patria, el interés de los americanos, el interés de los argentinos, el interés del pueblo, eso lo distinguía siempre y en cada circunstancia.



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