martes, 8 de septiembre de 2009

"Seineldín" por Hugo Chumbita.


Usted escribió un libro sobre las sublevaciones militares más conocidas como la “Operación Dignidad”. ¿Qué nos puede comentar, primeramente, del fallecimiento de este gran patriota, el Coronel Mohamed Alí Seineldín?


Yo creo que a Seineldín, justamente, se lo puede rescatar como un hombre que quería al país y que tenía una conducta de un verdadero nacionalista. Creo yo que su posición política estaba errada en la medida que él se vio arrastrado por la oficialidad joven a esos movimientos que cuestionan el sistema constitucional en la época de los alzamientos carapintadas, pero, yo tuve oportunidad de conocerlo personalmente e incluso discutí con él en algunas cosas que trascribí en mi libro sobre los acontecimiento de aquellos años, del 87, y a mí me dejó una impresión que la transcribí en ese momento, incluso en una nota periodística, él era un hombre capaz de hacer lo que decía.

Era un hombre consecuente con lo que pensaba y lo que decía y esa, quizás, fue la causa de su ostracismo posterior, luego la cárcel, donde él se negó incluso a participar en el sistema político como hicieron otros del movimiento, el siempre fue de una idea de rescatar la tradición sanmartiniana pero en aquél momento por un lado fue un cuestionamiento a la cúpula liberal del Ejército, que había entregado Malvinas, que era responsable del proceso y ,por otro lado, creó un conflicto con la sociedad, un antagonismo con la sociedad, que no quería más intervención militar en la política.


¿Qué diferencia nota entre las sublevaciones encabezadas por Aldo Rico y las últimas 2 encabezadas por Mohamed Alí Seineldín?


Rico justamente es un hombre que entra en el sistema político y que deriva hacia otra cosa, se aleja un poco del objetivo inicial, que era la transmisión de la rebeldía de la juventud militar en el intento de rescatar una conducción nacional del Ejército, en ese trayecto creo que Rico sigue una línea discutible, con la que se puede o no estar de acuerdo, pero, te repito no era la posición original de Seineldín que creó consistencia hasta último momento a ese movimiento.

Lo lamentable fue que el proyecto de los carapintadas se mezcló con una resistencia a los juicios a los militares y, en definitiva, no quedó bien en claro cuando de ese movimiento también era un intento de rectificar el papel que había cumplido el Ejército en el terreno militar.


¿No fue injusta la condena que sufrió el Coronel?


Bueno, yo no puedo opinar sobre eso, tampoco, conozco detalles como fue esa causa. Sí se que fue indultado, finalmente se consideró que en definitiva era un problema político, no era culpable de un delito común sino en todo caso un delito político.


¿Los “carapintadas” representaban una expresión nacionalista y católica del Ejército Argentino?


Sí, sin duda, claro. La tradición de la línea nacionalista o nacional en el Ejército opuesta a la experiencia del proceso que había, digamos, incluso convertido al Ejército en, por un lado, un apéndice de los intereses económicos de los países dominantes y por otro lado, un Ejército prácticamente de ocupación enemistado contra su propio pueblo.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido Coronel Seineldín:
Los que somos tan pequeños admiramos su estirpe, y el temple de su alma, tan firme y heniesta como el mismísimo sable del gral San Martín ordenando a la carga. ¡¡¡Dios, Patria... O Muerte!!!!.