El domingo 23 de octubre se realizarán las elecciones presidenciales en la República Argentina. Todo parecería indicar, pese al gran descontento de muchos sectores importantes del país, que será reelecta la actual Presidente Cristina Fernández de Kirchner.
Uno de los grandes apoyos que tiene la viuda de Kirchner son los sindicatos representados por la poderosa Confederación General del Trabajo (CGT) que lidera Hugo Moyano. Otro apoyo importante es, sin lugar a dudas, el Partido Justicialista (PJ) que es el partido más organizado en el país similar al aprismo peruano.
El Justicialismo partido fundado por el General Juan Domingo Perón gobierna varias provincias y ciudades a lo largo y a lo ancho del territorio nacional, esos gobiernos provinciales y municipales respaldarán a la candidata del oficialismo en las elecciones de octubre.
El gobierno argentino tiene una muy nutrida política de subsidios, subsidio al desempleo, subsidio a la vejez y a la niñez, subsidio al transporte público, subsidios que generan gran gasto y que en la mayoría de los casos representan clientelaje político y despilfarro de dinero que podría ser mejor aprovechado por el Estado de mejor manera.
Pese a esos apoyos ya sea por pertenencia partidaria o por ser beneficiario de la dádiva estatal el gobierno argentino tiene malas relaciones con instituciones señeras del país como la Iglesia y las Fuerzas Armas (FFAA). Estos enfrentamientos y pésimas relaciones se suman a las que tiene con la oposición, con la prensa y con un sector muy productivo de la economía argentina como es el sector agricola ganadero, más conocido como el campo.
La posible reelección no se debe a los aciertos del gobierno, que comparativamente son menos que los desaciertos, sino a la falta de articulación y coherencia de la oposición.
Oposición que no logró buscar puntos de convergencia, que no tiene un líder fuerte con posibilidad de derrotar al oficialismo.
Pese a esto uno de los mejores candidatos de la oposición es Eduardo Duhalde quien tiene la experiencia de haber sido Intendente, Gobernador, Vice Presidente y Presidente de la Nación en lo que respecta a cargos ejecutivos, y Concejal, Convencional Constituyente,Diputado y Senador a lo que concierne a cargos legislativos.
También hay otros candidatos que sacarían varios votos que le permitiría meter representantes al Congreso ya sea a la Cámara de Diputados de la Nación o al Senado ya que habrá una importante renovación parcial de ambas cámaras legislativas.
Los otros candidatos son el Diputado Ricardo Alfonsín, hijo del Ex Presidente, quien consiguió fortalecer a la alicaída Unión Cívica Radical (UCR), partido que en los últimos dos gobiernos tuvo que irse antes de culminar el mandato (Alfonsín por entrega anticipada de gobierno al Presidente Menem y Fernando De la Rua por renuncia a mitad de mandato), también se presentará por el Partido Socialista el Gobernador de la importante y estratégica Provincia de Santa Fé Hermes Binner, el Gobernador de la Provincia de San Luis Alberto Rodríguez Saá quien disputará los votos peronistas con Eduardo Duhalde, la eterna candidata la Diputada Elisa Carrió y el referente de la izquierda José Saúl Wermus, más conocido como Jorge Altamira del Partido Obrero (P.O) quien siempre se presenta para cualquier cargo que se dispute tanto en capital y provincia, sacando magros resultados electorales.
En las elecciones para el Congreso no existe el voto preferencial como en el Perú, se vota por lista y seguramente el oficialismo, kirchnerismo, sacará la mayoría o mejor dicho la primera minoría.
El desafío de todos los candidatos presidenciales va a ser la elección para Congreso, lugar que integra a los diferentes partidos políticos del país.
Ojalá que si es reelecta Cristina Fernández de Kirchner pueda mejorar las relaciones con sectores importantes del país que no son escuchados y si lo son, son malinterpretados. Se tiene que buscar el diálogo y el consenso para unión de todos los argentinos y para que el país avance y recupere el sitial que siempre ocupó como uno de los países más importantes de la región. Si no se busca el consenso, el diálogo y la unidad el país seguirá con importantes problemas que lejos de disminuirse con el tiempo se aumentarán y pondrán en riego la ansiada gobernabilidad argentina.
Por Juan Cruz Castiñeiras
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