viernes, 1 de mayo de 2009

Décima alusiva al Día del Trabajador.


SIN MANOS DESOCUPADAS


Sé que hay que buscar el pan

con el sudor de la frente,

pues hasta Bíblicamente

nos corresponde ese afán.

Dígame por donde están

las laborales jornadas,

que he de ir a sus llamadas

aunque estalle Belcebú,

porque yo quiero un Perú

sin manos desocupadas.

Ya está largo mi trajín

en busca de algún trabajo,

no quiero vestir andrajos

y lucho con ese fin.

Tampoco quiero un festín

ni opíparas bocanadas,

lo saben mis camaradas

y también lo sabes tú ,

porque yo quiero un Perú

sin manos desocupadas.

A nadie, como al de abajo

con tantas necesidades,

con tantas dificultades

lo dignifica el trabajo.

Quisiera cortar de cuajo

las ansias desconsoladas,

de los que no tienen nada

más que su fe y su virtud,

porque yo quiero un Perú

sin manos desocupadas.

Difícil hallar trabajo

y a veces hasta imposible

y ya resulta terrible

tener que andar cabizbajo.

A veces meto un ¡carajo!

con mis paciencias colmadas,

no me gustan granujadas

como bien lo sabes tú

porque yo quiero un Perú

sin manos desocupadas

Habrá que buscar culpables

porque que los hay, los hay,

políticos, qué caray,

algunos, irresponsables.

Empresarios censurables

que comen a dentelladas

y se llevan a sus tajadas

sin pisca de pulcritud

y yo buscando un Perú

SIN MANOS DESOCUPADAS


Por Diego Vicuña Villar.

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