En el programa del viernes 21 de octubre estuvo de invitado:
- Ricardo Noriega Salaverry, Candidato a Decano del Colegio de Abogados de Lima, Presidente del partido Despertar Nacional y Ex Candidato a Presidente de la República.
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3 comentarios:
UN ABOGADO TRAVESTIDO
Porque desciende de esclavos angolanos que fueron vejados y ninguneados a través de las letras menudas de las contratas es que WALTER GUTIÉRREZ CAMACHO se ve precisado al reconocimiento social.
Se le juzga adecuadamente por su inmensa mediocridad como abogado y es tan analfabeto que en cierta ocasión compró el “Bestiario” de Cortázar creyendo que era un diario para llenar. También se le conoce como traidor, felonía que le brilla vivamente en su cuarteado rostro. La característica principal de su personalidad es que siempre actúa sin sentir culpa, carece de lo que llamamos conciencia. ¡Es un imbécil moral!
A su paso torvo y siniestro cuando traiciona a sus propios compañeros de partido y nada más haberlos despachado, lucra y se ocupa de agasajar a sus nuevas víctimas en cualquier mesa de la “tiendecita blanca”. Compra el amor de una prostituta y presume aún más cuando sus seguidores a sueldo le acicalan los cuatro pelos que le quedan.
Es muy vengativo. Ninguna empresa dineraria le parece imposible, sólo es cuestión de dar con el medio eficaz para llevarla a cabo porque para eso es infinitamente paciente y persistente en ese designio y con el lucro mal habido cosechar el tan ansiado reconocimiento social.
Por eso su afán de querer nuevamente ser Decano del CAL, para utilizar al gremio como viene sirviéndose perversa y codiciosamente de todo aquello que tenga forma humana. No tiene remordimiento ni siquiera si es el hermano o hermana a quien embaucar y sacarle tajada. No se recuerda un caso tan claro de personalidad desdoblada como el de WALTER GUTIÉRREZ CAMACHO. Es la encarnación de toda depravación moral.
Con qué derecho este acomplejado mercachifle con talento solo para esquilmar a la gente quiere volver a ser Decano. Que se disfrace de jurista es una provocación y un desafío a nuestra inteligencia.
Los abogados y abogadas no debemos tolerar más a esa infección moral. ¡IMPIDÁMOSLO!
AYUDÉMONOS EN NUESTRO AFÁN DE HIGIENIZAR EL C.A.L. NO DEPURANDO ESTE CORREO. REENVÍASELOS A OTROS COLEGAS.
SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN
WALTER GUTIÉRREZ CAMACHO, como en los tiempos del mexicano Porfirio Díaz, propugna voraz su reelección en la decanatura del Colegio de Abogados de Lima desde el poder del dinero y como logotipo moral del alanismo que lo ha erigido como candidato predilecto.
En la primera vuelta acaba de conseguir un triunfo quebradizo después de haber urdido la ilegalidad en las mesas de votación, antes infló con helio sus propias encuestas enviándoselos por correo electrónico y courier a todos los agremiados; sin duda para nadie es un secreto que el arma más poderosa con que cuenta es el dinero y por eso no ha dudado en obsequiar libros, libretas, agendas y demás prebendas con la pretensión de comerciar los votos. El pobre busca oportunidades de negocio y ha tenido el arrojo de comprometer su patrimonio para llevar a cabo esta majadería que se ha constituido en una afrenta a la dignidad de todos los abogados y abogadas de Lima.
La conducta moral de este candidato, que por decisión propia se exhibe ante el escaparate de la opinión pública, merece ser escudriñada a través de los siguientes hechos que se han mantenido inalterables en el tiempo. Veamos:
Cuando se desempeñó como Decano, en dos períodos consecutivos, utilizó los soportes materiales del Colegio para negociar con el poder de turno y los mecanismos institucionales del Estado para de ese modo obtener ventajas estrictamente personales.
Hecho número uno:
En su condición de Decano, inflado de cinismo, otorgó inmerecidamente el máximo grado de distinción al señor Luis Gonzales Posada a sabiendas de que como Presidente de la Comisión Especial, encargada de seleccionar al candidato a Defensor del Pueblo, iba resueltamente a favorecerlo. Y así fue. Gracias a este ritual asesinato a la seriedad, Gonzales Posada le devolvió el donativo: WALTER GUTIÉRREZ CAMACHO fue el candidato que en esa comisión obtuvo el más alto nivel de calificación, proyectando la imagen que se trataba de un novísimo talento del foro limeño. Lo cual no se ajusta a la realidad.
Es público y notorio que como estudiante universitario fue un holgazán pertinaz que rehuyó al estudio: Ingresó a la universidad el año 1976 y logro titularse recién el año 2002 (la prueba objetiva radica en el número de su colegiatura: 16969). Pregona con bombos y platillos que es un singular profesor universitario que brilla por la profundidad y agudeza de sus conocimientos jurídicos. Falso, en todas las universidades donde pretendió impartir enseñanza fue tachado por insuficiencia académica (San Martín de Porres, Villareal, Católica y Universidad de Lima). Luego, dice él mismo, en una copiosa secreción de narcisismo, que es autor de varios libros. Falso, su nombre aparece siempre colgándose del prestigio de algunos célebres profesores nacionales y los escasos textos en los que puja al escribir, no es otra cosa que el resultado del acopio de los pies de páginas de variados autores extranjeros. Una demostración palmaria de todo lo aseverado se encuentra en el comentario “Ciudadanía, Abogados y Cocineros” divulgado en su blog “Los Derechos del otro”. Toma sucesos ordinarios de la vida doméstica y le da un monstruoso, burdo y desatinado contorno. Elogiando hasta el delirio a los cocineros haciendo ver que ellos están muy por encima de los juristas y de nuestro tradicional Colegio de Abogados.
Hecho número dos:
En su condición de Decano y luego de enjuagues políticos, se hizo contratar por el Estado para que actuara como uno de los abogados que defendiera la validez del Tratado de Libre Comercio celebrado con Chile, ante el Tribunal Constitucional. Por esa prestación de servicios recibió sus emolumentos correspondientes pero lo que perseguía era la vitrina pública, es decir cristalizar esa manía afiebrada del reconocimiento social que tanto lo desgarra en vida.
Hecho número tres:
En su condición de Decano propició el manejo absolutamente irregular que realizaron algunos miembros de su anterior junta directiva que hoy algunos de ellos lo acompañan. Es el caso de la señora Rocío de la Piniella, fanática aprista, a quien le atribuyen la comisión de delitos graves frente al cual el candidato WALTER GUTIÉRREZ CAMACHO no hizo nada y por el contrario fue ratificada en su confianza y promovida después como guardiana sacrificada del tesoro del pirata.
Hecho número cuatro:
Otro hito importante en su condición de Decano es que creó furtiva e ilegalmente el Colegio de Abogados del Perú, instituyéndose él mismo como Decano de ese fantasmagórico gremio nacional. Como tal, no tuvo el más mínimo de los reparos para presentarse ante los medios de prensa como “legítimo” representante de los abogados del Perú; y así, aprovechándose de las palancas comunicativas se generó un espacio propio, sorprendiendo a varios medios, entre ellos a RPP y al diario “El Comercio” donde inclusive, por ostentar ese ficticio cargo, le han dado cobertura para que ocasionalmente sus “comentarios” se publiquen. Ese posicionamiento lo ha conseguido utilizando a nuestro gremio como botín y además con un claro e insultativo aprovechamiento de la confianza de todos nosotros.
Respetados colegas: Hemos saltado a la palestra con ánimo batallón para que el prestigio, la tranquilidad y la defensa de lo público que hace vivir la democracia vuelva a nuestro ilustre Colegio de Abogados de Lima, por eso con firmeza hagamos realidad: NO A LA REELECCIÓN Y POR UN SUGRAFIO LIBRE Y DIGNO. ¡VIVAN LOS ABOGADOS Y ABOGADAS DEL PERÚ!
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