Usted como historiador, ¿cómo percibe la situación del Perú en la Corte de la Haya?
Hay que tratar de ver lo positivo, rescato lo dicho por el ex Presidente García de que es el último tema pendiente y hay que llevarlo por ahí.
Chile y Perú tenemos una relación compleja desde la Guerra del Pacífico, a las que se suma el no cumplimiento del plebiscito que Chile tenía que ejecutar para que las poblaciones de Tacna y Arica decidan su destino, el tratado del 29 que no se ejecuta sino hasta 1998 cuando Chile entrega el muelle y el ferrocarril Tacna y Arica que eran parte del tratado de 1929.
Es una oportunidad para cerrar el tema…
En efecto, ahora hay que cerrar el tema de la frontera marítima, hay varias interpretaciones, una de ellas es que hay una hostilidad peruana de llevar el tema a la Haya que es la posición que adoptó Chile durante el gobierno de la Concertación de Lagos y Bachelet.
Creo que en Chile se debe entender que no se puede estar de acuerdo en todo, el Perú tiene derecho de acudir a la justicia internacional si hay una cuestión limítrofe que resolver.
Los dos países tienen que entender con madurez que los tribunales internacionales existen para resolver estos problemas limítrofes, y la Haya es la mejor manera de ver los temas pendientes del pasado.
Y las cosas suceden en ese sentido...
Acá cada cierto tiempo cuando hay una declaración o se presenta la memoria o la contramemoria, los medios lo difunden con sus comentarios respectivos pero eso no influye en los jueces de la Haya que no leen los titulares de los diarios peruanos ni chilenos.
El Perú como se ha dicho tiene algunas ventajas en este tema, ya que la estrategia de llevar este caso a la Haya fue una buena estrategia de la diplomacia peruana.
¿Por qué fue una buena estrategia?
Porque en realidad lo que hoy está funcionando como frontera es el paralelo geográfico que es lo que argumenta Chile. El Perú argumenta la línea media equidistante, cualquier fallo distinto va a suponer ganancia para el Perú, en ese sentido es una excelente jugada de la diplomacia peruana.
Habría que hacer entender a la población que en realidad el Perú no tiene nada que perder, por último si el fallo de la Haya es adverso habremos cerrado un capítulo de desencuentros entre ambos países.
¿Nota que existe una animadversión chilena porque el Presidente de Perú, Ollanta Humala, es un ex militar que tiene un discurso nacionalista?
Hay que diferenciar los discursos de Humala, sobre todo del antiguo Humala, antes de tener el viraje ideológico, él era etnocacerista, nacionalista, y eso, obviamente, de manera indirecta afectaba la susceptibilidad de los chilenos y más cuando es elegido Presidente.
Sin embargo, hemos notado que el discurso de Humala empezó a adoptar algunos visos de moderación interesantes sin renunciar a la defensa de los intereses nacionales.
Los miedos a Humala en Chile espero que cesen, salvo que lo manipulen mediáticamente para crear una esfera muy nacionalista alrededor del fallo.
En Chile hay gente especialista en estos psicosociales, recuerdo muy bien un partido en las eliminatorias de Francia 98 en Santiago donde se armó un psicosocial violentamente nacionalista. Denunciando que en el partido de ida en Lima se habían ofendido los símbolos chilenos cosa que no fue cierta, se hizo una campaña publicitaria que partía de la diatriba: Le quitamos el Huáscar, le quitamos Tarapacá y ahora le vamos a quitar el Mundial.
Me preocupa, también, el manejo de ciertos “Halcones Chilenos” en prensa y en el gobierno que hacen sobre la cuestión de la Haya. Ellos pueden dar una imagen negativa de nuestro Presidente. Me parece que este Humala más maduro no tiene que representar una amenaza real para Chile.
Usted que es un especialista de las relaciones peruano chilenas, ¿cómo piensa que se va a dar el fallo?
Diría, como quisiera, quisiera que antes del fallo, ambos gobernantes se involucren en un proceso de superación del pasado aprovechando que el fallo va a cerrar los temas pendientes.
Sería muy bueno, aunque me tilden de ingenuo, que ambos Presidentes anuncien el fallo juntos, y le dijesen a sus países que van a comenzar a desarrollar políticas de acercamientos, como puede ser la creación de una Universidad, intercambios estudiantiles, etc.
Ojalá el fallo de La Haya sea el hito para la reconciliación con el pasado. Lo han hecho Francia y Alemania, existe tratados y estudios sobre la reconciliación nacional, ese es el resultado que yo quisiera.
Pero, ¿cuál es el que temor?, que esto se vea peor que un partido de fútbol, que haya una euforia desmesurada y que las plazas de armas de ambos países estén repletas esperando el ansiado fallo.
Eso hay que manejarlo con madurez, la opinión pública puede empujar a los gobiernos a tomar decisiones equivocadas.
No queremos plazas de armas repletas de gente eufórica pidiendo la guerra.
¿Se podría decir que alrededor del fallo hay más beligerancia en Chile que en el Perú?
La respuesta puntual es que Chile esta vez no tiene nada que ganar, aunque si se mantiene el paralelo como frontera, para Chile va a ser un éxito y lo van a celebrar, pero en términos prácticos Chile no tiene nada que ganar.
Chile nunca en su historia ha pasado por la situación de ceder territorio, Chile nunca ha perdido. Tiene el imaginario de ser el ejército nunca jamás vencido.
En cambio en el Perú existe la idea de que en la Haya somos como Zapata si no ganamos, empatamos.
Si tu pregunta me la lleva más a lo general, la animadversión hacia Chile en el Perú es más grande que la animadversión del Perú en Chile, ya que el Perú perdió la guerra, fue agredido y eso quedo en el imaginario colectivo.
La memoria colectiva no es como la individual, ahí el tiempo no cura las heridas, solo las políticas de reconciliación cierran las viejas heridas.
En Chile falta autocrítica, pero en el Perú hay un recuerdo denso del pasado que no nos hace bien, hay una especie de neurosis pero ese tema los vamos a resolver juntos porque es un tema de a 2 o de a 3 si incluimos a Bolivia.
ENTREVISTA PUBLICADA EN "LA RAZON" y EN GENERACCION.
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